La respuesta simple es, siempre hay algo que hacer, por lo tanto nunca hay nada que hacer. Sin embargo eso no nos resuelve el problema.
Cada persona tiene distintas formas de entretenerse y ocupar su tiempo libre.
1.- Relájate y analiza por que razón has llegado a esta situación. Busca las causas profundas mucho antes de visualizar alguna solución. Frecuentemente el «nada que hacer» tiene relación con algún estado de soledad o similar. Se honesto contigo.
2.- Si tienes algo importante que hacer, simplemente hazlo de inmediato y no inventes pequeñas tareas sin importancia para postergar un deber. De no hacerlo es sencillamente nefasto.
3.- Haz cosas simples pero importantes que aun no concluyes. Ordenar, limpiar o planificar son buenas alternativas. Lo importante es que sea simple y demore poco tiempo. No comiences grandes y agotadores proyectos sólo porque en un momento no tenías nada que hacer. Si vas a embarcarte en un gran proyecto, tómate tu tiempo y planifícalo tranquilamente.
4.- Lee un buen libro pequeño o revista. Una película también sirve. Luego busca en Internet acerca de la temática de lo que haz visto o leído, conviértete en un experto y averigua todo lo que puedas del tema. Si ves una película de ciencia ficción y en ella aparecen robots, busca y averigua algo más acerca de los robots. Trata de enfocarte en un solo tema. Memoriza datos curiosos con los que puedas sorprender a los demás.
5.- Sal a caminar, busca una plaza y observa la naturaleza, respira y vive.
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